Parroquia de San Sebastián

La parroquia de San Sebastián fue la antigua Iglesia de Navalucillos de Toledo.

El edificio pasará por diferentes reformas pero, sin lugar a dudas, la de mayor embergadura tiene lugar en 1692. Las distintas reparaciones que se habían realizado en 1653 habían resultado en vano y la Capilla Mayor seguía amenazando con venirse abajo sino se atajaba de lleno este problema, y así se hizo. Se obtuvieron las licencias para su demolición y así poder crear un espacioso crucero y una nueva Capilla Mayor. Contribuyeron a tal fin, el Arzobispado y el Ayuntamiento de Los Navalucillos, cediendo este último unos terrenos de su propiedad. Con esta reforma desaparecerían las dos capillas laterales, tal y como nos explica D. Enrique Molina Merchán en su libro «Breve Historia de Los Navalucillos«.

La parroquia se encuentra ubicada en la Plaza del Álamo. Su Retablo Mayor es de estilo churrigueresco. Alberga a Ntra. Stma. Virgen de Herrera, entre otras muchas escultura La pila bautismal es uno de nuestros legados más antiguos y preciados.

Vista de la parroquia de San Sebastián desde la Plaza del Álamo

En 1701 se programa la construcción de un Retablo Mayor que estará terminado en 1703, fecha en la cual se repara la Capilla Mayor, que amenazaba con el derrumbe. Se encargan otros dos retablos menores que se pondrán a ambos lados de la obra principal, pero si el Mayor no se dora hasta 1719, los dos menores no lo harán hasta 1802.

En 1753 se construyeron los soportales, dando el aspecto de antesala techada y determinada por tres luces formadas por dos columnas.

El 1 de noviembre de 1755 a las 9.20 h. de la mañana, y con no más de 6 minutos de duración, un fatídico terremoto arrasó Lisboa, provocando cuantiosos daños en la Península Ibérica. Como consecuencia de este seísmo, la vieja torre de estilo mudéjar sufrió graves e irreparables daños, siendo definitivamente demolida en el año 1785. En el transcurso de dicha reconstrucción de la torre, tuvimos que lamentar la pérdida de uno de los obreros que se afanaba en tal labor.

En 1885 se cierra la linterna que daba luz a la cúpula central para así evitar la entrada de animales.

La Guerra Civil marcará un antes y un después

Durante el verano de 1936 y unido a otros desastres que trajo la Guerra Civil, se destrozaron y arrancaron de su lugar los retablos laterales y varios lienzos e imágenes llevaron el mismo camino. No pudiendo derribar el retablo mayor, puesto que las mulas encargadas de tal cometido resbalaban sobre el pavimento una y otra vez, se ensañaron contra esta joya arquitectónica, arañando las columnas, cortando las cabezas a los ángeles tallados en la misma y raspando varias partes del dorado. El retablo quedó en un estado de degradación considerable, no ayudando en nada la carcoma y la continua aparición de ácaros que dañaban irremediablemente la madera.

En 1968 D. Juan Martín-Maestro impulsó con gran ilusión, y no menor resultado, la devolución de su fisonomía original al tan malogrado templo, tras la sucesión de tantas restauraciones desafortunadas.

Pasaron varios años hasta poder llevar a cavo una importante restauración del retablo tan desmejorado por la Guerra Civil. El restaurador madrileño Germán Luis Pérez y su equipo fueron los encargados de tan paciente labor. La madera estaba carcomida, a los angelotes les faltaban brazos y piernas, el dorado estaba raspado… En este proceso, incluso se encontró, justo detrás del altar Mayor, un cementerio de pájaros.

Galería de imágenes de la parroquia de San Sebastián

Detalles de su arquitectura

Un paseo, obligado, por Los Navalucillos te llevará a conocer la parroquia de San Sebastián, situada en su centro neurálgico. De estilo mudéjar sencillo, el templo parroquial data su existencia del siglo XV, llevándose a cabo varias reformas posteriores, como hemos argumentado anteriormente.

Precede a su entrada principal la Plaza del Álamo y, curiosamente, ninguna de las dos puertas de acceso al templo se sitúan frente al altar mayor. Cuenta con una superficie total de 422 metros cuadrados y tiene forma de cruz latina, compuesta de dos brazos; uno longitudinal más alargado y otro más corto transversal.

Cuesta imaginar que su austera fachada pueda esconder uno de los grandes tesoros de esta localidad toledana: su altar mayor que detallaremos más adelante.

Situándonos en la entrada Norte, también denominada la de La Umbría, descubrimos que el arco que lo forma es similar a una quilla invertida, es decir se trata de un arco conopial en ladrillo.

La Torre, reconstruida en varias ocasiones, es de ladrillo y está coronada por la imagen de un Cristo. En la actualizad, su estructura de madera se encuentra en mal estado y sufre peligro de derrumbe. Resultando esta obra costosa para los fondos de la iglesia, se están llevando a cabo diferentes actividades para recolectar dinero para la causa.

Imágenes del interior del templo

Interior del templo parroquial

El altar Mayor es tallado en 1702, dorado en 1718 y obra de la escuela de José de Churriguera (1665-1725), que destaca por su estilo recargado en ornamentos.

Seis columnas salomónicas recubiertas por serpenteante decoración vegetal realzan la belleza y majestuosidad de la obra, sólo comparable con su hermano mayor; el retablo del convento de San Sebastián (Salamanca).

Esta joya, donde arquitectura, pintura y escultura se enredan en la misma obra, dan la impresión de una fachada barroca en movimiento. El resplandor de la luz incidiendo sobre el dorado de la madera refuerza la obra como conjunto.

El Sagrario, de color oro y apoyado sobre una columna de granito de capitel visigodo es de hechura moderna, data de 1968 y fue realizado por Belloso de Valencia.

Los maestros retableros siempre han tenido un lugar privilegiado para mostrar sus obras, muchas de ellas donadas al templo parroquial.

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